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Jose Alfredo Espíndola Flores, C.N. 4o. Dan

Nuestro Director General empezó su camino en el Karatedo de una forma informal a la edad de 8 años cuando acompañaba a sus tíos Carlos y Raúl Flores en el Dojo de Goyukensha Lindavista en el año 1979. En el año de 1982 ingresó formalmente al Dojo de Tlatelolco a la edad de 13 años, animado por sus padres José Espíndola Avendaño y Ana Flores huerta y sus tíos ya mencionados, ahí comenzó sus entrenamientos bajo la tutela del Profesor Jorge Jordan, experimentado competidor internacional; Al llegar al grado de 6º Kyu pasa a ser alumno directo del Gran Maestro Imai Kazuo, así comenzando sus férreos entrenamientos teniendo como Senpai (Compañeros de grado mayor) de la época de oro del Karatedo en México, a Miguel Bustos, José Luis González, Julio Sámano, Ignacio Lugo, Rubén Gómez, Bernardo Arellano, Ivonne Olascoaga, Gabriel Jiménez, Mitsugu Asano, Hugo Barojas, Valentin Hurtado, Carlos Guillen, Angel Camacho, Eric Martinez y un sin número de grandes practicantes del estilo Gojuryu.

En ese momento la Asociación Goyukensha era una de las escuelas con más renombre en todo México gracias al carácter y estrategia de Imai Sensei, quién arribó a nuestro país desde el año de 1972 por recomendación directa de Ohtsuka Tadahiko O’sensei, quien fue el primer practicante que tradujo del chino al japonés el Bubishi, el libro ancestral de las artes marciales.

Con el tiempo y un poco de suerte el Profesor José Alfredo Espíndola Flores se convierte en Uchideshi (Alumno Interno) de Imai Sensei, es aquí cuando descubre su vocación por la docencia en el Karatedo, pues aprendió las diferentes maneras de enseñar, al convivir con los instructores del Dojo central le ayudaron a comprender las correcciones de Imai Sensei.

Después de cinco años decide probar sus conocimientos adquiridos en materia de administración consiguiendo otro empleo, a lo cual su mentor le da su venia y consejo para probarse a sí mismo en otro ambiente laboral.

Su vocación siempre lo llamo, después de cuatro años con el nacimiento de su primogénita lo motivó a dar clase dominical en un parque, por iniciativa de sus alumnos y viendo el ánimo de estos, estableció un Dojo en el Estado de México.

Desafortunamente Imai Sensei tuvo que mudarse a su país natal para atender asuntos familiares, y en el año 1999 conoció a Mizumoto Tomohide Sensei con el cual estableció una gran amistad y quien lo invitó a entrenar con él durante dos años, el profesor Espíndola siempre fue leal a su maestro y siguió impartiendo la técnica Gojuryu como originalmente la aprendió, al haber entrenado otras técnicas de Karatedo le enriqueció su criterio.

Por cuestiones de trabajo en el 2012 se traslada al estado de Zacatecas, gracias a la invitación de Mizumoto Sensei para trabajar con él en una empresa japonesa. Esto le enriqueció aún más pues conoció un poco más a fondo la cultura y forma de pensar del japonés en un ámbito laboral. Quedando como titular de su Dojo la Profesora Jessica Montserrat Contreras Escamilla.

En el 2015 se une con la Profesora Jessica Montserrat Contreras Escamilla en Zacatecas y ella lo motiva a retomar de camino del karatedo, consiguiendo un lugar para entrenar ambos, de manera natural se forma un pequeño grupo, con el cual nace la inquietud de formar su propia escuela.

En el año 2016 se entrevistó con Imai Sensei en su última visita a México, con el cual platicó de sus inquietudes con respecto a la forma de enseñanza del Gojuryu en la asociación. Imai Sensei con la sabiduría que lo caracterizó, le aconsejó caminar solo pues estaba seguro de haberle enseñado bien. A partir de entonces nace Nishinkan Budo Karatedo.

En el mes de octubre de 2017 desafortunadamente Imai Sensei fallece, dejándonos la mejor herencia que le puede dar un Maestro a sus alumnos, su conocimiento.

Con la experiencia adquirida durante 40 años de práctica y el ánimo de nuestros alumnos fortaleceremos nuestra escuela, adaptándonos a las nuevas maneras y modalidades de enseñanza, siempre tratando de preservar el preciado tesoro que es nuestra técnica, con la filosofía de la mejora constante (Kaizen), solidificándola aún más con los principios fundamentales del Budo y el linaje propio de nuestros antiguos profesores.